Sosperiodista.
Presuntamente las relaciones cambian, el amor virtual se pone de moda, las personas ya no oponen resistencia cuando algo anda mal y no tienen prurito en echar mano al divorcio si hace falta.
Bueno, y si todo ha cambiado, ¿cómo es que gran parte de los hombres y las mujeres cordobesas siguen comportándose de acuerdo a clichés o como si estuvieran guionados por el mejor escritor de telenovelas en serie?
ENTREVISTA A UN DETECTIVE ( JOSE )
“En diez días se descubre una relación paralela, a menos que sea algo casual. Si por agentes externos el hecho no se concreta en ese tiempo, ofrecemos una semana más sin cargo”, explica el detective. “Nunca una pareja “ilegal” deja pasar más de ese tiempo para verse”.
Y sabe de qué habla: del total de las sospechas, el 85% de los casos de infidelidad son comprobados.
Algunos clientes de José llegan con una actitud superada a pedir servicios. Sin embargo, sostiene que “a todo el mundo lo lastima, le hace mal. Hay gente que me pide que si veo a su pareja en un bar o en un hotel, que le avise para ir al lugar y agarrarlo in fraganti. Si vemos que es una persona muy afectada psicológicamente, no lo permitimos”.
El estereotipo de infieles (descubiertos por un detective).
“Los nuevos ricos, las personas que la han pegado en un negocio y lograron estabilidad económica, seguridad personal. Una persona se encuentra a los 40 años todavía joven, un trabajo en ascenso, sabe que lleva mucho de ganar y su aspecto físico lo ayuda: aprovecha lo que a los 20 no pudo hacer”.
“El hombre elige una mujer una década menor y la mujer una escala económica más alta. Aun la mujer acomodada: siempre va a haber uno con mejor posición que su pareja”.
Ya no le asombra las diferencias de edades.
La torpeza. “Una vez seguíamos a una persona que fue a un hotel alojamiento sobre la calle Jerónimo Luis de Cabrera. Nos llamaba la atención que los autos iban y volvían, unos autos importados alevosos dejaban a la chica, daban dos vueltas manzana, dejaban el auto y después cruzaban solos semejante bulevar. Creen que disimulaban cuando hacían todo más evidente”
La ostentación. “El hombre tiene una conducta más torpe porque tiene la necesidad de que el otro sepa de que él es un winner sobre todo si “la otra” es una persona mucho menor. Pasa que a veces personas que viven en Carlos Paz, vienen a Córdoba y salen de la mano por la 9 de julio, como si estuviera en Europa”.
Los prejuicios. “La mujer es más cuidadosa porque la sociedad la condena. Si la mina tiene 45 y él 20, lo primero que se hace es juzgarla 'esta vieja degenerada, es un gato”, la familia le hace una cruz, la amenaza con sacarle los chicos...”
El perdón. “Un cliente que llamó hace ocho meses vuelve a llamar por el mismo tema. La gente perdona, no se resigna”.
La cobardía.“La mujer lo que quiere es sacarle el amante de encima, pocos son los casos en que se divorcian, le hace quilombo a la mina, la hace quedar mal por todos lados, lo amenaza al tipo, le hace un quilombo psicológico cosa que diga ‘listo’, que haga volar a la amante. Pero se quedan por estabilidad económica. Esta persona le da de comer, la plata para los chicos. Sino tienen que salir a alquilar, un quilombo, se le cambia todo la estructura, prefieren resignar...”
“El hombre igual. Se queda por los chicos, por los 25 años de matrimonio, porque por ahí piensan yo también le fui infiel”.
José dice que es como un psicólogo. Aunque admite que es más desconfiado ahora, después de ver todo lo que ve. Y jura que no se aprovecha (como mucho de sus colegas) de la vulnerabilidad de las clientas. En todo caso, la aprovecha para ganar plata, no para levantárselas, dice.
No todo es sensibilidad, la suya es una profesión de riesgo y los seguimientos costosos. Hay que cambiar de autos, de personal (si la persona que seguís te mira a los ojos, estás listo) pagar multas (el tráfico en Córdoba es tremendo) Y ser muy hábil (más de uno termina preso un fin de semana por merodeo).
De vacaciones con los infieles